sábado, febrero 28, 2015

Earth 2 #1


Superman, Batman y La Mujer Maravilla forman la Terna, el grupo de héroes más poderosos de la Tierra. Ellos tres, junto con apenas un puño de justicieros más (Power Girl, Robin y ya), son los únicos que se interponen entre la salvación de la humanidad y la destrucción del planeta a manos de las brutales hordas de Darkseid, quienes han invadido la Tierra con un ejército innumerable. Pero, ¿qué tanto están dispuestos a sacrificar los bienhechores para lograr la victoria?
LLORIQUEOS: Finalmente un cómic donde no nos tenemos que romper el coco por imaginar lo que Geoff Johns nos quiso decir. La premisa es sencilla, directa y con la intención de sorprender a los lectores en cada número con giros de tuerca sorprendentes. Así es la nueva versión de Tierra 2 por parte de Editorial DC, que debuta como parte de los Nuevo 52. Pero, ¿realmente que tan nueva es, o como a los carros, nomás le pintaron el chasis y dejaron el interior hecho un asco?
Primero vamos a ubicarnos de donde venimos. La “vieja” Tierra 2 es donde DC solía tener arrumbados a sus personajes de la Edad de Oro (las versiones clásicas de Superman. Flash, Linterna Verde y demás rucos sin asilo). Ya en su edad de oro, seguían peleando contra villanos también sacados del Insen, en un mundo diseñado especialmente para aquellos nostálgicos. Y aunque parece increíble, durante bastante tiempo funcionó bien, o al menos de forma decente.
Con la llegada del Nuevo Universo DC, el concepto de “pre y post” Crisis se volvió también inútil, aunque aquellos antropológicos personajes jamás salieron del imaginario de los ñoños, que como sabemos, son muy tercos en eso de insistir en que les regresen a sus monos (a menos que sea Sentry el muerto).
El regreso de Tierra 2 se da en condiciones distantes a su encarnación anterior. El primer número nos deja claro una de sus diferencias con la Tierra Prima de DC.
Aquí no hay seguro de vida para nadie, ni siquiera los protagonistas (o especialmente para ellos). Al principio pensé que esto podría ser una especie de “tierra Ultimate” en la editorial, pero pronto queda claro que James Robinson busca contar cosas realmente distintas, y le aplaudo al quitarse el lastre que a la larga se pueden convertir los protagonistas de siempre (porque ya sabemos que ganan, como siempre).
Earth 2 es un cómic que se disfruta de a poco, aunque en México arranca bien. Se presenta el número 0, donde se narra la traición de Terry Sloan, y el número 1, donde vemos que los ejércitos de Darkseid que invaden la Tierra 2 son como una horda de fanáticos previo a un América-Pumas sin control.
Un interesante experimento, al que vale la pena darle seguimiento y así.
CALIFICACIÓN: 8

Spock ya viaja a las estrellas

“Larga vida y prosperidad” fue la frase que definió para muchos al mítico Señor Spock, personaje emblemático de la serie de ficción Star Strek, pero ¿cómo podría definirse mejor el legado de Leonard Nimoy?
El histrión estadounidense, fallecido ayer a los 83 años en su domicilio de Bel Air en Los Ángeles, fue un apasionado de las artes escénicas, además de dueño de un físico peculiar, que le permitió encarnar de 1966 a 1969 al Señor Spock en la serie de Star Trek, misma que se convertiría posteriormente en una exitosa saga de películas.
Pese a la fama que le acarreó encarnar el flemático personaje de raza vulcaniana, Nimoy luchó siempre por demostrar que era más que un actor popular por sus papeles de ficción. Se destacó en el teatro, el cine e incluso incursionó en la conducción de programas de misterio e investigación periodística, además de ofrecer conferencias y talleres para jóvenes artistas. Al final, todos los caminos lo llevaban de regreso con Spock.
Los últimos años del actor no fueron fáciles, y en 2014 reveló que padecía una enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC). No lo hizo por gusto, sino obligado por una serie de fotografías donde aparecía en silla de ruedas y con un tanque de oxigeno. En aquel entonces estaba confiado en que vencería a la enfermedad.
Hoy, el mundo de la ciencia ficción, y especialmente los seguidores de Star Trek lloran a uno de sus grandes iconos. Se queda la imagen de sus orejas puntiagudas, su curioso peinado de casquete, sus cejas estilizadas y esa frase con la que solía despedirse de sus amigos entrañables: “Larga vida y prosperidad”.

martes, febrero 24, 2015

Edge of Spider-Verse 3

En un mundo donde la tecnología ha avanzado de forma sorprendente, Aaron Aikman es Spider-Man, un héroe con poderes arácnidos y una armadura que le permite lograr proezas sorprendentes.
En su identidad civil, Aikman ha destacado como un científico en los campos de la biología y la química; en tanto que en su faceta arácnida es quien se encarga de detener a peligrosos criminales, como Naamurah. Sin embargo las habilidades de este Spidey se van a tener que probar al máximo cuando enfrente a un enemigo venido de otra dimensión, quien está cazando a los Spider-Man del multiverso.
CRÍTICA: Dustin Weaver se encarga de escribir, dibujar y entintar este cómic, así que es lo más cercano que tenemos a un “número de autor” de Spider-Man en un buen tiempo... pero eso no es exactamente un mérito. 
Aunque interesante en su planteamiento tecnofuturista, Weaver parece que quiso contar demasiado para las páginas que tiene. Tenemos flashbacks, historias de soporte, románticas, de pelea y claro, lo referente al Spider-Verse en menos de 24 páginas, así que no es extraño que termine por sentirse demasiado pesado e inconcluso, con páginas que están constantemente saturadas depáneles. Weaver busca que el personaje y universo que ha creado se luzca y sea memorable, pero termina por no aterrizar casi ninguna idea.
Esta sensación de que no cuaja también termina permeando al dibujo. Dustin es un artista competente (hizo un gran trabajo en Infinity, por ejemplo), pero tampoco un prodigio, y creo que le hizo falta delegar el entintado, pues por momentos le terminan faltando fuerza a sus dibujos, amén de que su narrativa no siempre es fluida (va muy de la mano con el guión, al sentirse encimada).
Un número de relleno con todas las de la ley, que si se te pasó (como a mí, que lo leí en el Sanborns) no te pierdes realmente de nada.
CALIFICACIÓN: 6

sábado, febrero 21, 2015

22/11/63

Es el año 2011. Un día como cualquier otro. Un día más, o mejor dicho, uno menos en la vida de Jack Epping, un profesor de inglés en Maine, Estados Unidos. Cansado de la rutina, con un matrimonio acabado, que ve en el final de curso la mejor noticia de su año, y puede que incluso, de su vida.
Es en este hastío, que se descubre que su viejo amigo, el cocinero Al Templeton, ha envejecido en cuestión de días lo que un hombre normal lo haría en años, al punto que ahora tiene una enfermedad incurable. Al le confiesa a Jack que el repentino envejecimiento tiene una razón de ser: Ha descubierto de forma accidental la manera de viajar en el tiempo.
Jack naturalmente no se lo cree...hasta que lo experimenta. Un portal en el restaurante de Al transporta a todo aquel que entra al 9 de septiembre de 1958. Siempre, siempre, no importa cuantas veces entres en esta especie de “agujero de gusano”, llegarás a esa fecha en el pasado. Epping apenas se lo puede creer.
Al volver al presente, no importa cuanto tiempo haya estado en 1958 (sean años o meses), el viajero siempre lo hace dos minutos después. ¡Es maravilloso! Pero Al sabe que implica un gran poder, pues cualquier cosa que hace en el pasado afecta el presente. Eso le da una idea, pues por la fecha a la que viaja, podría cambiar algo que afecte todo nuestro futuro: El asesinato de John F. Kennedy.
Sin embargo, a Templeton le quedan pocas semanas de vida. El cáncer lo está matando y no logrará detener el magnicidio. Es por eso que contacta a Jack, para que viaje al pasado y permanezca casi 4 años para detener a Lee Oswald.
Esta es la sinopsis básica, muy básica de 22/11/63, obra de Stephen King sobre viajes en el tiempo y futuros distópicos, donde un hombre puede cambiar la historia, además de que descubre que “el tiempo va a luchar, porque no quiere ser alterado”.
Si algo disfruto son los libros que nos presentan tanto realidades como futuros alternativos, por lo que el gancho con este en particular estaba fácil. Sin embargo, King no se va por el camino fácil. Si bien es una ficción esmerada en su cuidado, y con una prolija descripción de finales de los años cincuenta de la sociedad americana, no pretende ser en realidad una ucronía.
Lo que tenemos es un relato lleno de adrenalina por momentos, drama, un poco de terror (algo que jamás va a dejar de lado el escritor), y sobre todo, una narrativa sensacional. Pese a las casi 900 páginas que tiene, el libro se consume con una enorme facilidad, porque la lectura te da, y bastante, para quedar cautivado.
Supongo que para los fieles de King (no me considero uno, aunque me gusta su estilo), este libro es todavía más disfrutable, dadas las constantes referencias que tiene a otras obras del mismo autor, especialmente una que trata sobre cierto payaso asesino con fijación por los niños.
En cambio, para los neófitos como yo, también tiene mucho que dar. La narrativa no se cae, pese a que el autor no tiene en lo absoluto prisa por llegar al punto toral de la trama. ¿La razón? Va tejiendo una historia apasionante sobre el protagonista, quien si bien tiene clara su misión, titubea de forma constante, al tiempo que se da cuenta poco a poco como los cambios que está provocando en el pasado no nada más va a modificar la vida de unas cuantas personas, sino de todo un país, e incluso, el mundo.
Los amantes de la ciencia ficción encontrarán en 22/11/63 el tipo de libro que se queda por bastante rato dando vueltas a la cabeza. El escritor coloca cuidadosamente las cartas sobre la mesa, y las va descubriendo con un excelente ritmo. Qué tan atrayente será la historia, que se está pensando ya la adaptación de la misma, al formato de miniserie, con la producción de J.J. Abrams.
Si andas detrás de un buen libro, y no te amilana que tenga una extensión considerable, te recomiendo 22/11/63. Y mucho.

miércoles, febrero 11, 2015

Spider-Man vuelve a "casa"

Todo comenzó como un rumor que sonaba más a un buen deseo que a realidad: Sony le prestaría a Disney los derechos de Spider-Man para que apareciera en las películas por venir de Los Vengadores. Sonaba bien, pero muchos dudaban que la compañía japonesa estuviera dispuesta a ceder a su franquicia más cara. Hasta ayer.
Y es que por la noche se anunció que Disney y Sony estrecharán lazos para que el trepamuros aparezca en las cintas producidas por los primeros. A cambio, la productora oriental retiene los derechos comerciales del personaje y seguirá lanzando películas del arácnido en solitario. Un mundo nuevo se abre para las películas de superhéroes.
Las declaraciones de ambas compañías fueron dadas a conocer durante la noche del lunes, provocando una verdadera revolución en la redes sociales.
Spider-Man es uno de los grandes personajes de Marvel, querido en todo el mundo”, dijo en un comunicado Bob Iger, consejero delegado de The Walt Disney Company, propietaria de Marvel. “Estamos encantados de trabajar con Sony Pictures para llevar al hombre-araña al universo cinematográfico de Marvel, lo cual abre oportunidades fantásticas de narración y de construcción de franquicias”, añadió.
Por su parte, Michael Lynton, consejero delegado de Sony Pictures Entertainment, indicó que la intención de su compañía es “colaborar con los mejores y los más exitosos cineastas” para que las “franquicias crezcan y nuestros personajes se desarrollen”, en alusión a Kevin Feige, presidente de Marvel.

Las claves
Las negociaciones entre ambas compañías habían comenzado desde mediados del año pasado, luego de que The Amazing Spider-Man 2 no resultara el éxito en taquilla que había previsto Sony.
Al fracaso monetario se sumaron las malas críticas de especialistas, e incluso, los señalamientos del protagonista de la saga, Andrew Garfield, de que la película se había editado mal. Como consecuencia, Sony había decidido aplazar el estreno de la tercera parte de la historia hasta algún momento del año 2019, probablemente ya con otro actor en el personaje del Hombre Araña.
Fue en este limbo que las negociaciones con Disney comenzaron a agilizarse hasta alcanzar un acuerdo. El primer fruto es que la nueva cinta del héroe neoyorquino aparecerá el 28 de julio de 2017, ya con un nuevo elenco.
Disney también modificó las fechas de lanzamiento de las películas basadas en héroes Marvel para hacerle un “hueco” al arácnido.
Thor: Ragnarok, prevista para el 28 de julio de 2017, se estrenará ahora el 3 de noviembre de 2017; Black Panther, que iba a ver la luz el 3 de noviembre de 2017, llegará a la gran pantalla el 6 de julio de 2018; Captain Marvel está prevista ahora para el 2 de noviembre de 2018, mientras que Inhumans se estrenará en cines el 12 de julio de 2019.
Las joyas de la corona, Avengers: Infinity War Part 1 y Avengers: Infinity War Part 2, mantienen sus fechas de estreno el 4 de mayo de 2018 y el 3 de mayo de 2019, respectivamente, con toda seguridad, ya con Spider-Man como uno de los protagonistas principales.

Los beneficios del trato
* Más coherencia: En las películas de Spider-Man, jamás se ha mencionado o sugerido la existencia de otros héroes de Marvel, pero curiosamente sí de Superman (perteneciente a DC Comics). Esto terminó, con la integración del personaje.
* Contrapeso humano. Los héroes que produce Disney son eso: Héroes de tiempo completo. Lo que ofrece Spider-Man es a un personaje que tiene que equilibrar su labor de justiciero con la de estudiante y asalariado. Este rostro humano abre las puertas a muchas opciones que hasta ahora no habían podido usar los guionistas.
* Gran baraja de personajes. Spider-Man no va a desembarcar en solitario en el Universo Marvel. Su baraja de villanos y personajes secundarios también tendrán una oportunidad. Ahora Tony Stark tendrá que competir en negocios con las empresas Oscorpe, o Los Vengadores podrán leer sus aventuras en el diario el Clarín.

Los problemas
* Debido a que no tienen derechos de personajes como Spider-Man, X-Men y Fantastic Four, Marvel le venía dando prioridad a hèroes “de bajo perfil”, como Los Guardianes de la Galaxia, Inhumans y Black Panther. Con el regreso del “hijo pródigo”, es probable que este tipo de franquicias se vean opacadas en un futuro inmediato.
* Andrew Gardfield se queda sin trabajo. El protagonista de las dos cintas de The Amazing Spider-Man no volverá a encarnar el papel. Primero, porque su relación con Sony no terminó del todo bien, y segundo porque Disney buscará un “nombre fresco” para entrar en el personaje.
* ¿Otro reboot en puerta? Sony tendrá que pensar muy bien qué camino tomará con la próxima película de Spider-Man . Los fanáticos temen que con Disney influyendo en el guión, se vuelva a contar el origen del héroe en pantalla, la tercera vez en 15 años.

Lío de derechos
A mediados de la década de los noventa y enfrentando una quiebra, Marvel comenzó a vender los derechos de sus personajes para que se produjeran películas. Así, Spider-Man terminó en manos de Sony; y X-Men y Fantastic Four con FOX.
Años después, la editorial sería adquirida por Disney, que se encargó de los derechos del resto de los personajes (Avengers, Hulk, Inhumans), pero sin poder recomprar hasta la fecha los que Marvel ya había vendido.

lunes, febrero 09, 2015

Black Van

Son las 04:00 de la mañana. ¿O serán las 03:00? ¿O las 06:00? No lo sé. La celda es fría. De ese frío atroz que te cala hasta los huesos. Que no te deja pensar. Que no te deja dormir. Que no te deja respirar. Con un penetrante olor a orines pegados en cada uno de los azulejos que visten sus tétricos muros. ¿Comodidad?, ni hablar. Apenas hay espacio para una persona. Comienzo a perderme en los rayones de sangre que encuentro con la vista por aquí y por allá. Hay un único foco, siempre encendido. Mugre a cada centímetro. Soledad. Mucha soledad.
Tengo tiempo tratando de dormitar en el interior de este infierno congelado. Perdí la noción qué hora es desde que se cerró la reja tras de mi. Me conformo con mirar fijamente los azulejos perderme en mis pensamientos. Sé que debo llevar bastante rato "tratando” de dormir recostado en la dura superficie de la banca, siempre sin lograrlo. 
No logro conciliar paz alguna que me permita descansar. Los hechos que me trajeron aquí se rebobinan de forma eterna en mi mente.
Son las 04:00 de la mañana. ¿O serán las 03:00? ¿O las 06:00? No lo sé. Entonces escucho unos pasos pesados  y marcados. La puerta se abre violentamente y da paso a un hombre de unos 130 kilos de peso y 1.90 de altura. Su piel se desparrama y bambolea a cada pisada que da en la diminuta celda con dirección a la letrina. Avanza de forma apurada y mea a placer, ajeno al hecho de que el acceso a la celda se cierra a sus espaldas. En un primer instante pensé que era uno de los tantos Ministerios públicos o Agentes que usan  el baño de la celdas como propio, pero no. Está allí. Encerrado. Conmigo.
Siento que me observa. Me incorporo rápido de la banca de piedra donde estoy recostado y le devuelvo la mirada. No porque quiera hacerlo, sino porque no hay a donde voltear. Sin prestarme importancia alguna, dirige su atención los barrotes que se tejen en la puerta, esperando el regreso del policía que lo trajo. Exige hacer una llamada a “sus jefes”.
 Patrón, a ver, a ver, por favor, una llamada. Compa. ¡Es mi derecho! ¡Conozco a qué tengo ese derecho! No es la primera vez que me traen—.
Pasa un minuto. Dos. Cinco. Nada. La petición no es atendida y entonces se sienta a mi lado. Vuelve a farfullar lo mismo, más para sí, y yo le digo que seguramente en minutos van a permitirle hacer su llamada. A mi me sigue angustiando el no saber qué hora es. Le pregunto si ya es de día y el, con un pesado aliento alcohólico en cada palabra, me responde que no. Todavía es de noche.
Vengo de una fiesta, cabrón, ¡pero qué fiesta! No mames. Viejas, tachas, mota. Todo. ¿Me ves pedo? Pues no. El cabrón con el que iba, ¡el sí que estaba hasta la madre! Por eso yo me ofrecí a manejar su carro. Lo bueno de que me trajeron porque ya me meaba—.
Por un momento pensé que por nobleza, esta mole humana arrumbada a mi lado había tomado el lugar de su “amigo” en el accidente. Sin interés alguno en mis reacciones, prosiguió su relato:
Veníamos a madres por Avenida Tonaltecas. No, no,no, el carro. Era un….¿cambry? Y este wey a huevo quería manejar. Carrazo de lujo. Yo le decía que no, que estaba muy pedo y mejor manejaba yo. Pero todo el rato iba neceando con que ‘mi carro, mi carro, yo manejo’. Entonces metió las manos en el volante y me hizo perder el control. ¡Nos dimos en la madre de frente contra un taxi de aeropuerto! fue seco el putazo—.
Probablemente se refería a un Camry de Toyota, pero en ese momento no quise interrumpirlo y menos corregirlo. Los taxis del aeropuerto suelen ser Tiidas, así que debe haber sido como si hubieran colisionado un rinoceronte contra un pollo a toda velocidad de frente. No dejaba de llamarme la atención que mientras me lo contaba, desplegaba una sonrisa de diversión casi macabra, como un niño que le acaba de romper la ventana al vecino de un pelotazo.
Me trajeron porque me esposaron. A mi compa no alcanzaron a hacerle eso, y yo le dije que se bajara de la patrulla en chinga y le hablara a un socio para que se lo llevara. Ahorita ya debe estar juntando para mi fianza el cabrón, en eso quedamos.  Oye, pues el hijo de la chingada está metido en el narco, ¿O cómo se iba a comprar un canri a los 22 años?—.
Esa parte de su historia me inquieto. Instintivamente me comencé a recorrer lo posible de su lado. Le pregunté qué había sido del otro chofer, el del taxi, y él solamente respondió que no se movía, pero no se fijó más, aunque vio mucha sangre. En ese momento una voz desde el pasillo exterior lo interrumpe.
Juan Carlos Villalobos….¿Es usted?—.
Así es, ¿Mi llamada?—.
Estamos…viendo eso. Ahorita, necesitamos cotejar unos datos. Espera un segundo. ¿Cómo se llaman sus padres?—.
— ¿Y eso para qué lo quieres saber? Tengo derecho a mi llamada. Quiero hablar con mi licenciado. Eh, no te vayas, cht, cht…a ver, compa, a ver, espérate, no te vayas. Ven, ven….¿Habrá alguna forma de arreglarnos por fuera? Mira, yo con una llamada a mis jefes, todo se soluciona, nos arreglamos bien ¿Me entiendes?—.
Un segundo, ya vuelvo—.
Y se fue. Juan Carlos, como ahora sabía que se llamaba, se sentó más pesadamente que antes y lanzó un resoplido son sabor a resignación.
Ya valió madres. Ahorita que vean mis antecedentes... valió madres. Me están buscando por asalto a mano armada. Y aparte ya tengo un proceso por homicidio encima. Puta madre—.
Todos podremos habernos cruzado con alguien que mata. Pero la idea de estar con un homicida y asaltante en una celda quien sabe a qué hora de la noche, me heló. Pero en ese océano de incertidumbre al que me enfrentaba, me sentí también curioso por la forma de pensar del criminal que tenía a un lado. 
Comencé a preguntarle sobre sus aficiones. Villalobos me relató que es un fanático de las motos choppers. Que ha ido a Talpa a pie y que llega ampollado, pero se la pasa “a toda madre” en puro pistear. Que le encantan las fiestas. Que su mamá es diabética y prefiere que no sepa nada de su estilo de vida, porque si se entera se puede morir. Que su papá falleció hace años y eso le caló “madres”. Qué el día que chocó, se iba a ir de camping con otros motociclistas a Hostotipaquillo, pero le faltaba varo para la gasolina y terminó en una fiesta con sus amigos, y bueno….sabemos cómo acabó todo.
No hay pedo si me voy a la penal. Es más, mejor. Allí al menos estoy descansando y pistando con compas, a toda madre. Tengo muchos amigos. Acá afuera nel, todo el día en el puto jale—.
En ese momento el policía regresó para llevárselo. Por su expresión, parecía que ya había verificado los antecedentes de Villalobos.
Vámonos muchacho, a la Cruz Roja a que te chequen. Allá haces tú llamada. Déjame te pongo las esposas por seguridad…¡pero mira que grande estás, ni te quedan!—.
Ya ve, Patrón, uno que come bien remató Juan Carlos el chascarrillo. Me lanzó una última mirada antes de irse. Me dijo que nos veíamos afuera para echarnos una chelas. Todavía alcancé a escuchar que me gritaba que cómo me llamaba. Nunca le dije mi nombre, ni nada de mí. Ni madres.
No sé cuánto tiempo pasó hasta que se fue. Yo me quedé allí, sentado, cavilando, más que antes. Comencé a valorar más la soledad que me envolvía. Seguía odiando el olor a meados. Y jamás me iba a acostumbrar al frío. El frío más atroz que cala en los huesos. No sé qué hora es.

miércoles, febrero 04, 2015

Gwen Stacy: Spider-Woman

La vida de Gwen Stacy dio un giro de 180 grados cuando fue mordida por una araña radioactiva.Ello le dio los poderes proporcionales del insecto, mismos que ha utilizado para combatir al crimen. Pero la tragedia está presente siempre en su vida, y no puede dejar de sentir culpa tras la muerte de Peter Parker. 
Perseguida por la policía (y para acabarla de amolar su papá es el que encabeza la búsqueda), Gwen se debate entre seguir haciendo el bien o dibujar en la espiral de la derrota. 
CRÍTICA: Desde hace bastante tiempo que en Marvel han estado viendo cómo meter a Gwen de vuelta a la continuidad de la editorial, tratando de salvar el pequeño detallín de que el personaje tiene más de 30 años muerta. Como regresarla no va a ser una buena opción para mantener a Peter joven (ya saben que las relaciones amorosas entre más duren tienden a “envejecer a los personajes”, no lo digo yo, lo dijo Quesada), se decidió crear una linea alterna, donde además de estar viva, es la encargada de cargar el manto de Spider-Man. En este caso, Spider-Woman. 
La pregunta es si esta historia funciona para algo más que el mero bluff de la saga de Spider-Verse o el hype. La respuesta es... más o menos.
El gran mérito que le veo al cómic es que crea una trama entretenida al menos a partir de una premisa que nadie se esperaba, como el hecho de que Gwen no nada más es la heroína, sino que se dedica a la música, en una banda encabezada por MJ. 
Jason LaTour se esfuerza por no calcar a Gwen como si fuera un “Peter femenino”, y trata de dotarla de sus propios problemas, y ya encima le otorga el peso de ser una heroína, tan capaz o incapaz como su contraparte masculina en otra línea alterna. 
Pese a todo, el defecto de este cómic y el resto de los tie-ins, es que son más paja que nada para la historia principal, lo que hace que sea altamente prescindible, salvo que seas un tremendo completista.