viernes, junio 18, 2021

Venom 200, el villano redimido

Por allá de principios de los dosmiles, hubo un momento en la historia de Marvel donde parecía que Eddie Brock había llegado a un callejón sin salida. Con historias predecibles, pasó de ser un antagonista mayor a un relleno... de lujo, pero relleno al fin. El personaje no evolucionaba gran cosa, le dieron licencia para matar, le pusieron esposa, novia, “hijos”, lo hicieron adicto al chocolate e incluso le habían pasado el simbiote a otro dueño (Flash); le habían cambiado el color y hasta su esperada aparición en cine (“Spider-Man 3”) fue más dañina que benéfica para el “protector letal”. 

Pero llegó Donny Kates a los guiones y cambiaron las tornas. Primero obtuvo de Marvel el tiempo necesario para desarrollar la historia (casi 3 años), y luego se puso a enriquecer la mitología del personaje. No tiró por la borda lo que servía, pero en lugar de tratar de darle sentido a lo ya hecho, “tiró el carro hacia adelante” y redefinió desde la relación entre el simbiote y Brock hasta el significado del símbolo del Venom. Apostó a fondo por darle profundidad a Eddie, ¿y saben qué? Ganó.

Funcionó también el tener un equipo de artistas de primer nivel, destacando la buena mano de Ryan Stegman que ya sabía moverse en el Universo Arácnido y ahora pudo extenderse sobre nuevos terrenos, homenajeando en algunos momentos a clásicos como Todd McFarlane y Erik Larsen.

El gran legado a mi juicio está en la saga de “King in Black”, cocinada a “fuego lento”, desarrollando un villano de proporciones espaciales como lo es “Knull” y toda la cosmogonía alrededor de los simbiotes. En todo este proceso —y con una paciencia poco común en Marvel—, vemos cómo Venom pasó de ser primero un paria a un antihéroe hasta un héroe con todas las de la regla, no puro eso sí, pues su pasado lo sigue acosando y sus métodos poco ortodoxos para combatir al crimen siempre dejarán abierta la puerta para un eventual regreso a la villanía.

Hablar de 200 números de Venom es un poco engañoso y hasta contraproducente, pues Marvel suma todo tipo de sagas y “minis” para dar la cifra, algunas de ellas son genuinas basuras que mejor convendría olvidarlas, aunque al final el mérito es que la suma de todas ellas, de los momentos memorables y las torpezas del pasado, nos ha traído hasta aquí, hasta la redención de un villano que se salvó del olvido.