Old Man Logan 7

No más viajes. Con Ojo de Alcohol sedado por una bala en el cerebro y los villanos triunfando, es hora de que Logan demuestre que además de adefesio y comediante, también puede ser héroe, en especial cuando enfrente tiene a Old Red Skull.
SINOPSIS: Red Skull mira su sala de trofeos. Allí, acorde a sus manías de ancianito, suspira y con el cocol en la mano, recuerda los gloriosos días en que el era un abominable villano. Aun está en su mente el momento (flashback!) en que hace medio siglo destruyó la Casa Blanca y en ella sepultó al Capitán Puelto Lico (miren sus dos brazos son de carne y hueso, ¡un milagro!), al que además le hizo algo peor que sacarle los ojos. Se los metió para adentro de la cabeza.
El viejo Red Skull nos trae de vuelta al presente, a SU Casa Blanca mientras viste el todavía ensangrentado traje del Capitán. Seguro ese olor a sobaco, lágrimas y gorupos le trae gloriosos recuerdos.
Antes de que se ponga erótico y quiera emular a la mamá de Lucero, algo interrumpe a Red Skull. Es Fritz, o Hans, piensa en un nombre genérico germano, ese. Pues bien, uno de sus sirvientes le trae noticias. El agente Tobías (?) le trae a Ojo Ladrón y a Logan, muertos y con los sueros para crear a una centena de Capitanes América que pensaban traficar.
Los dos seres inertes son depositados cuales costales de papas en el suelo y Red Skull, en un dialogo al más puro estilo Markmilliano, le dice a Tobías que tome el dinero de la frustrada compraventa y vaya a divertirse un poco mientras le guiña un ojo.
Después de que nos recuperamos de tamaña guarrada de Millarcito, uno de los carcamanes de Skull advierte que al cadáver de Logan se le están cerrando los hoyitos
de bala. Ah, caray, apreté enter sin querer, sorry...
Y es que Logan se regeneró del rafagueo y como si se tratara del Santo, se levanta rompiéndole las gónadas a unos de los guaruras, mientras le revienta un sillazo digno de la WWE a Tobías en la cabeza. Sangre señores, sangre de a deveras.
Pero Red Skull no se asusta, y si así fuera, no nos daríamos cuenta, pues carece de expresiones. Skull dice a Logan que lamentará haber revivido y tras exclamar en alemán algo que seguro Millar escuchó en una canción de Pussycat Dolls (porque suena cool), se lanza contra el mutante.
La pelea del siglo (si sumamos las edades de ambos sería de los milenios) comienza. Red Skull con todo y que está en los huesos (captaron, 'huesos', ha!... ok, prosigo) le gana por mucho a oldlogan, que como piñata, solo resiste los palazos. Con tal suerte que rompe la vitrina de trofeos del viejo Calavera.
En una de esas vitrinas esta el escudo del Capitán América, un arma de enorme simbolismo, si lo piensan, porque de todas las que había allí, tenía que ser esa mera la que agarró y no el bikini de Emma Frost, por ejemplo. Logan lo toma y bloquea los ataques del émulo de La Parka con el.
La pelea cambia de dirección, y como si se tratara de un domador de iguanas, Logan tira al vejete al suelo de un certero trancazo, ganando el round. Hasta el maestro Eduardo Lamazón diría que la pelea ya era de Logan (¿que no ven el box en Azteca?), pero Skull le dice al mutante que no, no tiene las pelotitas para acabar con esto de una vez por todas.
Quien sabe porqué, no se yo tampoco, y probablemente McNiven tampoco sabe porqué lo dibujó, pero Millar decidió que era buen momento para darle a Red Skull una muerte al más puro estilo zombie: Cortándole la cabeza.
Logan, utilizando el escudo, decapita al villano y lo mata (lo aclaro porque en los cómics no todas las decapitaciones son fatales). Aprovechando otro de los trofeos allí tirados, logra escapar, ¿con cuál? Con la Armadura de Iron Man.
Así, nos damos cuenta que si Logan hubiera volado, nos había ahorrado seis números de esta serie (¿porqué no se llamó, Old Man Stark?).
De vuelta en su miserable y polvoriento rancho, Guepardo llega super contento para pagarle a la pandilla de los Hulks el dinero que les debe, recordemos, tooooooda la saga se trataba de pagar la cuenta que debía en casa. Pero un atribulado vecino detiene al mutante. Los Hulks ya se cobraron. Mataron a su familia.
Al ver el desgarrador cuadro, algo se enciende en Logan. Algo que ni la fibra había logrado mover en su interior comienza a moverse de forma abrupta. No, yo se que creen que haré una broma escatológica, pero no, respetaré el ficticio duelo de Logan por su imaginaria familia de un futuro probable aunque altamente falso. En se momento, el mutante que dormía en él despertó, y Logan sacó sus garras de Adamantium tras muchos años. De hecho, ya no piensa más en sí como Logancito, sino como Wolverine. Y quiere venganza. Y va a subir el precio del próximo número.