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jueves, enero 29, 2015

Hace 10 años

Francomagno siempre ha profesado un profundo
respeto por el trabajo de los creativos de la industria.
Hace 10 años el mundo pasaba por una crisis, la economía estaba en un momento álgido, la sociedad estaba sumida en descontento con los gobernantes, nos la pasábamos de mal en peor con los desastres naturales, y sobre todo, con la inseguridad. Pero al menos había algo que nos sacaba un poco del pesar y el sopor de esos días. Sí, estoy hablando del porno, pero también había comics en aquel tiempo, y eso era algo bueno.
Hace 10 años el ser ñoño no estaba de moda, cuando te veían comprando “tebeos” la gente te veía raro, y ni hablar de decir que te había gustado la película de Spawn o que eras fan from hell de las Tortugas Ninja. El humor era de puro pastelazo en la cara de Jorge Ortiz de Pinedo y las chistes eran el clásico “estoy bien feo” de Carlos Eduardo Rico.
Los blogs, también hay que aceptarlo, sí estaban de moda. Había blogs de todo, literalmente de todo, de Pokemon, de futbol, de política, de moda, de comida, de crochet, valga, de lo que quieras; y claro, en el mundillo under también había blogs de comics. Unos pocos, y muy clavados, pero de que los había, los había.
En ese mundo de blogs un día apareció el señor Francomagno. Y aunque comenzó medio clavadito, con el tiempo encontró la fórmula correcta. Una cierta dosis de orgasmos ñoños con el equilibrio del humor básico, pero inteligente. Mentiría si digo que lo leí desde el primero momento, pero desde que tuve la fortuna de conocerlo en vivo, y con el tiempo convertirme en su amigo, leo asiduamente cada publicación que hace.
Un día le pregunté, lleno de estupefacción, cuál era la clave para lograr que la gente comentara sus entradas, que se interesaran por lo que escribía, vaya, para el éxito en un mundo tan competido como el entretenimiento digital. Él fue muy claro, me dijo “No sé. Lo que a mí me ha funcionado ha sido la constancia. Al inicio nadie me pelaba, pero yo no lo hacía porque me dieran atención, escribía por dos cosas: porque me apasiona escribir, y porque me gusta el tema del que estoy hablando; he sido constante, escribo lo que me gustaría leer, y poco a poco los resultados se han ido dando.”
Esta frase, que tal vez parezca rebuscada, me cambió la vida, debo ser sincero. Un día llegué a una agencia de publicidad, y me hicieron una pregunta muy parecida, me preguntaron qué estrategia seguiría yo para hacer que una marca tuviera éxito en el mundo digital, sólo pude pensar “si le funciona al Francomagno, ¿por qué no a una marca?”. Así que yo respondí eso. Hay que ser constantes.
La constancia no quiere decir que tienes que escribir todos los días sí o sí. Para nada. La constancia tiene que ver con el estilo, con la disciplina, con la visión, con el tratamiento de los temas, con el entendimiento del medio, y estoy seguro que muchos de los que leen esto coinciden conmigo en que en todo esto que menciono no hay nadie que lo tenga más dominado que el señor que regularmente escribe aquí.
Hoy, después de 10 años, el mundo pasa por una crisis, la economía está en un momento álgido, la sociedad está sumida en descontento con los gobernantes, nos la pasamos de mal en peor con los desastres naturales, y sobre todo, con la inseguridad. Pero al menos hay algo que nos saca un poco del pesar y el sopor de esos días. Sí, estoy hablando del porno, pero también está Francomagno, y eso es algo bueno.



¡Muchas felicidades, hermano!

miércoles, abril 30, 2014

Los Super Niños Héroes

• Los personajes infantiles, motores de diversas historias.
Cuando la historia comienza, el héroe tiene experiencia sobrada. De su pecho rebota las balas, sus puños se mueven como ráfagas y su mandíbula es de acero. Al momento de enfrentar a los villanos más sanguinario, en su mente no existen dudas, hay un plan para ganar, y la inocencia es un eco lejano en su alma.
Pero está el otro lado de la moneda. Cuando es la ternura y la inocencia lo que predomina. Cuando el personaje principal debe aprender sobre la marcha los gajes del oficio, se equivoca, llora, y a veces, tiene que terminar de salvar el mundo temprano, porque no lo dejan desvelarse.
Muchas veces los personajes infantiles son utilizados como un elemento secundarios o prescindibles en la historia. Sin embargo, algunos guionistas y escritores han logrado darle un giro a esta situación, enriqueciendo su personalidad, más allá del cliché. Aprovechando el elemento de inocencia y habilidades juveniles, los personajes se vuelven motores en la trama, lo suficientemente atractivos para mover los engrandes de la historia hasta el final.

*Niño de Cobre: Integrante de los Halcones Galácticos, él no es de plata ni de acero, sino de cobre. De acuerdo a la caricatura, el personaje es originario del Planeta de los Mimos, y se comunica en general a base de gestos e incluso con silbidos. Con todo y que es el más pequeño del grupo de héroes, también es el más creativo, y encima un genio matemático. Muchas veces se encarga de reparar los estropicios y desperfectos que el resto de sus compañeros metálicos se encargan de provocar. En la caricatura, al final de cada episodio, el Niño de Cobre nos enseña una lección matemática.

*Astro Boy: Luego de sufrir un accidente de gravedad, el pequeño Astro Boyton fue convertido por su padre, un científico –al que le faltaban varios tornillos de moralidad en la cabeza– en un robot. Pese a lo exótico de la idea, no terminó hecho un armatoste cualquiera, sino en Astro Boy, uno de los seres más poderosos de la Tierra, con fuerza aumentada y capacidad de vuelo. Aunque posee un cuerpo metálico, Astro conserva los sentimientos e inocencia propios de un niño, lo que es su gran fortaleza y debilidad cuando debe enfrentar el peligro.

*Robin: Aunque la naturaleza de Batman es la de un justiciero solitario, el caballero de la noche ha recurrido en varias ocasiones a adolescentes o hasta niños para que adopten el rol de Robin, su compañero en la batalla contra los psicópatas que cada noche enfrenta. El “joven maravilla” suele ser el compañero fiel del héroe de Ciudad Gótica. El manto y las mallas lo han asumido Dick Grayson (conocido en México como Ricardo Tapia), Jason Todd, Tim Drake, Stephanie Brown y el hijo de Bruce Wayne, Damian.

*Capitán Marvel: Billy Batson era un pequeño huérfano que vaga por las calles de Fawcett City. Su vida parecía encaminada a la asistencia social y la soledad, hasta que se topa con el hechicero Shazam, quien le otorga los poderes de Capitán Marvel. Para transformarse (y volver a la normalidad), Billy debe gritar Shazam. 
Pese a tener niveles de poder similares a Superman, el Capitán Marvel (ahora conocido como Shazam), tiene un alma noble e inocente, aunado a la humildad que le dio el vivir con enormes carencias.

*Ultimate Spider-Man: A los 13 años, el joven Miles Morales es mordido por la misma araña que le dio sus poderes al fallecido Peter Parker, el Spider-Man del universo Ultimate. El joven afrolatino decide seguir el camino del héroe caído, y adopta el manto de la araña. Aunque con poderes muy similares, Miles tiene algunas habilidades nuevas, como la invisibilidad y la capacidad de aplicar una especie de descarga aturdidora. Pese a ser uno de los héroes de nuevo cuño, Morales ya ha salvado al mundo en un par de ocasiones, ganándose un lugar entre Thor, Capitán América e Iron Man.

*Huckleberry Finn: Hijo del borracho del pueblo, “Huck” tiene una personalidad que toca las fronteras de la despreocupación e ingenio, además de meterse con una facilidad pasmosa en problemas y aventuras –más los primeros que los segundos–. Es el mejor amigo de Tom Sawyer, y entre ambos viven todo tipo de peripecias a las orillas del Mississippi de mediados del Siglo XIX. Personaje clásico de la literatura, y encumbrado en los libros de Mark Twain, que ha sido adaptado a caricaturas e incluso al cine.

*Seiya de Pegaso: Ojo, Unicef, pese a las palizas y masacres que aparecen en la serie de Los Caballeros del Zodiaco, el creador de la historia, Masami Kurumada, asegura que sus protagonistas tienen entre 12 y 14 años. El personaje principal es Seiya, el caballero de Pegaso, que, al lado de sus amigos, deben salvar a la diosa Atena, cuya facilidad para ser secuestrada es el generador de la trama. El poder de Seiya se basa, además de su armadura, en el enorme “cosmos” (nada que ver con Carl Sagan) que desprende, lo que le permite superar a los enemigos que constantemente buscan acabar con el mundo.