Flash 1-5

 El poder de la supervelocidad no lo es todo, y eso lo aprende Barry Allen, mejor conocido Flash. El protector de Keystone City es considerado como uno de los héroes más confiables del mundo, pero incluso con sus poderes, el tiempo a veces puede ser insuficiente para salvar a sus seres queridos.
A pesar de que Barry conoce bien los límites de su poder, pronto un nuevo enemigo lo va hacer ir "más allá" de la Speedforce. Para salver vidas, Flash tendrá que hacer algo mucho más grande que "moverse rápido".
Flash es uno de esos héroes "difíciles" dentro del Universo DC, pese a que es uno de los que a simple vista tiene un poder bastante sencillo de escribir: Tiene una velocidad increíble. Y ya...o no.
Salvo algunas excepciones (como lo demostró Mark Waid en los noventa y un poco Geoff Johns hace un par de años), Flash ha sido un personaje que ha sufrido de malos guionistas y de historias intermitentes. En los últimos 30 años apenas se había escrito UNA historia memorable del velocista escarlata: Cuando se sacrificó luchando contra el Anti Monitor en Crisis de las Tierras Infinitas. Desde entonces, poco o nada se recuerda del hombre vivo más rápido del mundo.
Nada, hasta que llegó Flash Rebirth, una saga que buscó hacer por el personaje lo mismo que se hizo antes por Linterna Verde: Rescatarlo del ostracismo, actualizar su origen y presentarlo como una piedra angular en el Universo DC. El problema es que los últimos años fueron bastante difíciles para los creativos de esta editorial, que iban de una "crisis" a otra, por lo que el regreso de Flash a la continuidad (o mejor dicho, de Barry Allen), no terminó de cuajar como algo espectacular.
El "borrón y cuenta nueva" que significó Flashpoint siginificó también una nueva oportunidad para Allen, y el encargado para demostrar que podía ser un personaje interesante de Francis Manapul, que no nada más escribe el cómic, sino que también lo dibuja. ¿Logra algo interesante?
Cuando supe que Manapul tendría la doble asignatura, me acordé de lo que David Finch estuvo haciendo en Batman, y no es una referencia nada buena que digamos, pues el canadiense atascó su cómic con historias bastante chafas y abundantes posturitas sin sentido.

Manapul es un dibujante mucho menos espectacular que Finch, Jim Lee o Ivan Reis. Incluso habrá quien considere que su trazo es algo tosco en los rostros de los personajes. A mi me parece bastante bueno, pero lo que resaltaría serían sus encuadres. Donde otros resuelven con poses simplonas, él opta por elaborados collages donde se fusionan tipografías, explosiones y viñetas. Cada número tiene "algo", al menos una splashpage, que me sorprende.
Si algo se agradece de Manapul, es que tiene claro que Flash no es un trampolín para llegar a otro título. Y lo tiene claro porque se pone a desenrrollar al personaje mucho más allá del típico "corre rápido y vence al villano".
El escritor/dibujante explora los poderes de Flash más allá de la cinética y se cuestiona lo obvio "si se mueve a una super velocidad, también debe pensar a supervelocidad, y claro, debe rasgar el espacio tiempo cada vez que se mueve". A todo esto, hay que agregar el status quo del personaje, quien ahora no está casado con Iris (el amor eterno de Flash), y debe tratar de equilibra su vida normal como investigador forense, con su labor de héroe.
La primera saga planta las semillas de estas ideas, y nos presenta a un Flash que goza de la confianza de la ciudad que protege, pero que se cuestiona a sí el alcance y los peligros que pueden implicar el uso de sus poderes. Los primeros cinco números ganan mucho leyendose de corrido, pero se sienten un tanto lentos si se hace de forma individual.
Para quienes leyeron Flashpoint y se quedaron con ganas de más Flash, este cómic es probablemente lo que esperaban. Excelente arte y una historia competente, aunque tendrá la dura misión de mantenerse vivo (al menos en México), compitiendo con los pesos pesados de DC.