Pero llegó Donny Kates a los guiones y cambiaron las tornas. Primero obtuvo de Marvel el tiempo necesario para desarrollar la historia (casi 3 años), y luego se puso a enriquecer la mitología del personaje. No tiró por la borda lo que servía, pero en lugar de tratar de darle sentido a lo ya hecho, “tiró el carro hacia adelante” y redefinió desde la relación entre el simbiote y Brock hasta el significado del símbolo del Venom. Apostó a fondo por darle profundidad a Eddie, ¿y saben qué? Ganó.
Funcionó también el tener un equipo de artistas de primer nivel, destacando la buena mano de Ryan Stegman que ya sabía moverse en el Universo Arácnido y ahora pudo extenderse sobre nuevos terrenos, homenajeando en algunos momentos a clásicos como Todd McFarlane y Erik Larsen.
El gran legado a mi juicio está en la saga de “King in Black”, cocinada a “fuego lento”, desarrollando un villano de proporciones espaciales como lo es “Knull” y toda la cosmogonía alrededor de los simbiotes. En todo este proceso —y con una paciencia poco común en Marvel—, vemos cómo Venom pasó de ser primero un paria a un antihéroe hasta un héroe con todas las de la regla, no puro eso sí, pues su pasado lo sigue acosando y sus métodos poco ortodoxos para combatir al crimen siempre dejarán abierta la puerta para un eventual regreso a la villanía.
Hablar de 200 números de Venom es un poco engañoso y hasta contraproducente, pues Marvel suma todo tipo de sagas y “minis” para dar la cifra, algunas de ellas son genuinas basuras que mejor convendría olvidarlas, aunque al final el mérito es que la suma de todas ellas, de los momentos memorables y las torpezas del pasado, nos ha traído hasta aquí, hasta la redención de un villano que se salvó del olvido.
viernes, junio 18, 2021
Venom 200, el villano redimido
Por allá de principios de los dosmiles, hubo un momento en la historia de Marvel donde parecía que Eddie Brock había llegado a un callejón sin salida. Con historias predecibles, pasó de ser un antagonista mayor a un relleno... de lujo, pero relleno al fin. El personaje no evolucionaba gran cosa, le dieron licencia para matar, le pusieron esposa, novia, “hijos”, lo hicieron adicto al chocolate e incluso le habían pasado el simbiote a otro dueño (Flash); le habían cambiado el color y hasta su esperada aparición en cine (“Spider-Man 3”) fue más dañina que benéfica para el “protector letal”.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario