Amazing Spider Man: New Ways to Die

O "Nuevas formas de morir", la historia en seis partes que sirvió de pretexto para presentar el ómnibus más reciente de Televisa relativo al arañita.
La saga es el intento más fuerte de Marvel de sacarle de encima a Spidey la etapa de Brand New Day, y tras el prolongado planteamiento, nuevos personajes y boquetes en el pasado que se han creado, se consideró que era hora de dar un paso adelante, ¿lo fue?
En esta historia tenemos el intento más claro del gobierno americano de detener a Spider Man, un héroe que opera al margen de la ley y que además está acusado de una serie de asesinatos. Para lograr esto, deciden utilizar a los mejores cazadores de enmascarados y seres poderosos no registrados que hay: Los Thunderbolts, encabezados por Norman Osborn.
El proceso sin embargo, no resulta tan simple, pues en el camino se les cruza Eddie Brock, el hombre que desesperadamente trata de redimirse de su pasado como el desquisiado Venom.
Tras un largo tiempo de no leer a Spider Man, aquí tenemos un intento por sentar las bases "en serio" de lo que se quiere hacer con el personaje. Lo primero que se nota es que Peter/Spider Man sigue siendo el que menos ha evolucionado en todo este tiempo, en especial el contraparte civil del héroe.
Mientras Spidey ha recuperado un poco de su espíritu bromista e incluso algo de la mala suerte que parece ir pegada con el personaje (sin que eso sea una tragedia griega como en la etapa pre One More Day), el guionista Dan Slott sufre de lo lindo mostrando a un Peter Parker interesante. En realidad, yo siento que las pocas escenas donde aparece Parker son intrascendentes, no se si a propósito o porque simplemente es un caracter al que es ya muy difícil dotarlo de algo nuevo sin el temor de que llegue Mephisto y lo borre de un manazo. Este Peter es muy inocuo y todo lo interesante cuando el sale dibujado sucede en voz o acciones de otros miembros del elenco.
Del otro lado tenemos a los Thunderbolts, un equipo difícil de manejar al que Slott trató de buena manera, sin darles tampoco el cinismo y sobre todo, sadismo que Warren Ellis les estaba dando en su propia cabecera. Quizá lo decepcionante es esa "tropicalización forzada" que sufre el equipo. Mucha gente considera a los T-Bolts un equipo equis, así que Slott disfraza a Norman de Duende Verde (algo que Ellis trató de evitar en su etapa hasta donde le fue posible) y al Venom Gargan le volvió a dar brevemente su identidad de Escorpión (sí, sin ninguna razón de peso). Salvo Bullseye, los otros integrantes del equipo son meros elementos decorativos.
Y finalmente Eddie Brock, uno de los grandes de los años noventa que ahora se convirtió, pienso con humor negro del guionista, en un vago callejero que vive comiendo en centros de asistencia. Él es el mejor ejemplo de que ciertos personajes sí se pueden morir creativamente hablando y aquí Slott se empeña en darle nueva dirección e incluso una nueva identidad secreta como el Anti-Venom, de lejos, una solución ridícula (y no parece que temporal), aunque para los fans del viejo simbiote babeante, deja mejor parado a Brock de lo que hicieron muuuuchos escritores antes.
El trazo quedó en las manos de John Romita Jr. Si la idea era darle un aire fresco a la franquicia, es casi un chiste que traigan al dibujante más quemado de todos para volver a dibujar a los personajes con su estilo cubista. Romita Jr. cumple, como siempre, utilizando los mismos recursos que siempre ha tenido, y como siempre, con los mismos defectos, pues donde debe haber dinamismo, acción y espectacularidad parece que estamos leyendo un folleto del IMSS sobre Vida-suero oral, aburrido, viejo e inútil.
Quizá los méritos de New Ways to Die son más fáciles de ver a largo plazo. La relación de Norman Osborne con la fábrica de trabajadores ilegales es algo a lo que no hay que perderle la pista, sin olvidar al Anti-Venom, claro. Por lo demás, lo mejor para Spider Man es que al fin deja atrás el sticky de BND, aunque todo lo referente a su pasado y lo que quieren hacer con el personaje sigue quedando muy gris.