El cada vez más menguado Tony Stark prosigue con su huída mundial de las peligrosas garras de Norman Osborn. Esta frenética carrera tiene como objetivo evitar que el director de HAMMER ponga sus garras encima del tesoro más grande de la edad heroica: La memoria de Iron Man, que contiene los secretos de buena parte de todos los jusiticeros.Esto ha llevado a Tony a su límite máximo y ahora se encuentra en Rusia, donde se las ve con el peor de sus enemigos: Una ex novia celosa. Y vaya que eso puede ser peligroso.
Madame Masque se encuentra dándole una paliza a Pepper Potts y recordandole a Tony que si ella se ve monstruosa por fuera, él no es muy distinto por dentro, y al contrario, tiene mucho por qué responder, comenzando por la forma en que el “conquista mujeres y luego las desecha cual boleto de camión usado.
Stark logra ganarle tiempo a Pepper para que ella, con ayuda de su armadura Rescue, logre golpear a Masque y darle la oportunidad a Tony de escapar, aunque con un estado cada más lamentable. ¿tendrá sentido?
Llegamos a la novena parte de esta saga con la psique de Stark al punto de quiebre y todas las mujeres de su vida actuando a su favor, incluso la Viuda Negra, quien muy a su pesar ayuda a Maria Hill a combatir el control mental que sufre.
Matt Fraction estira al máximo del máximo la premisa de la huida y aunque nos acercamos al final, está claro que esta saga ya comienza a sentir el efecto de la “historia descomprimida”. Hay un punto donde la tensión que planteó el guionista se comenzó a desinflar, y está claro que ese punto lo rebasamos hace rato.
El arte de Larroca es el que sigue en ascenso y aunque número a número se ve menos en la necesidad de dibujar a Iron Man y más a su elenco secundario, demuestra que le tiene bien tomada la medida al título.
Eso sí, el color del cómic le jugó algo raro al tinte de Pepper, que pasó de pelirroja a rubia en unas cuantas páginas.
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