Aquaman 2-4

Aquaman se ve envuelto en una batalla contra una serie de enemigos emanados desde las profundidades del oceano, seres cuya naturaleza resulta desconocida incluso para él, al ser irracionales, violentos y hasta caníbales.
Al combatirlos, Aquaman comienza a comprender que aun existen muchos secretos en el fondo del mar, incluso para él, secretos que pronto comenzarán a acosarlo.
Cuando se anunció el relanzamiento del Universo DC, a más de uno le sorprendió (me incluyo), que una de las apuestas principales que la editorial pretendía apuntalar era la cabecera de Aquaman, cuyos últimos años habían transcurrido entre historias profundas (y por lo tanto, poco comerciales), y la franca parodia. Sin haber encontrado un punto medio en mucho tiempo, la duda era una: ¿Podrían convertir a Aquaman en un personaje interesante?
DC decidió que no había porque arrriesgar en el proyecto y puso en los controles a los que pienso son, hoy por hoy, el equipo más exitoso a nivel comercial que tiene la editorial: Geoff Johns e Ivan Reis, un combo que ya había demostrado que sabía como armar hits, teniendo como referencia su exitoso run en Linterna Verde.
El tono de la primer saga de Aquaman deja claro que lo que pretende DC no es necesariamente un "borrón y cuenta nueva", pero tampoco va a intentar restacar los añales de historias inútiles con los que carga el personaje.
Sí, Aquaman sigue siendo un descendiente ilustre de los Atlantes, con derecho a la corona incluso. Sí, sigue siendo un hombre con enormes poderes, comparables a los de Superman. Sí, sigue casado con Mera (o al menos arrejuntado), y claro, sigue siendo el tipo del que todos se burlan a la menor provocación.

Fuera de eso, el resto del marco de Aquaman es básicamente nuevo. Su nombre real es Arthur Curry (otra vez, su origen es uno de los más manoseados en el mundo del cómic), su padre es humano y su mamá es de la Atlantida, del linaje real, pero no se abunda demasiado en ninguno de ellos. Tampoco sabemos mucho de las aventuras pasadas de Aquaman, aunque queda claro que aquellas que involucran a Aquababy, Aqualad, Dolphin y la mano perdida están en el bote de la basura (un bote muy, pero muy grande).
Johns apuesta por una saga de presentación espectacular, con un enemigo grande, random, que aparentemente no tiene mucho más que voracidad por comer todo lo que se le cruza enfrente. Bueno, no uno, "muchos". Tenemos toneladas de peleas submarinas, un rápido repaso a los poderes de Aquaman (telepatía, superfuerza, velocidad, inteligencia, sentido común, su tridente) y uno que otro chiste que bien pudo salir de Cartoon Network y que nos deja claro que para la opinión pública Aquaman es como un Tonametl en el agua.
El gancho, naturalmente, no es Johns. Aquaman podía "leerse bien" y fracasar como siempre, por lo que DC decidió hacer que se "viera bien". Y el dibujante que tomó la encomienda es el brasileño Ivan Reis, quien ya había demostrado su capacidad en la saga La noche más oscura, protagonizada por Linterna Verde. El resultado es una trama dinámica, con buenos encuadres, una narrativa bastante efectiva y claro, muchas posturitas de héroe, de esas que luego se conierten en Wallpapers. Mención aparte está la "Mera" que Reis, que como buen brasileño, le otorga una figura digna de señorita Bikini a la pareja del protagonista.
El paso de los meses ha ido demostrando cuales son las sagas que valen la pena en el relanzamiento de DC en nuestro país y cuales no. Creo que Aquaman se encuentra son problemas en el primer grupo, y al menos en su primer año y medio de publicación (hasta el no. 16), garantiza ser uno de los "must have" para cualquier comiquero.