Spider Man 46

La megalomanía y la frustración se han convertido en los dos factores constantes en la vida del Doctor Octopus, quien ve como su existencia misma está a punto de consumirse gracias a su pobre estado físico.
Al borde de la "muerte", Octavius decide darle un regalo final a Nueva York... conquistando toda la ciudad a través de sus aparatos electrónicos. Claro, siempre y cuando Spider Man lo permita.
Llegamos a esta edición especial de aniversario, el número 600 en la numeración arácnida en USA con una historia que transita entre lo nostálgico y la aparente imposibilidad eterna de que Spider Man evolucione.
Los números de este tipo suelen presentar historia autocontenidas que nos recuerdan "de qué está hecho" el héroe o el villano en turno. Desde el Amazing 500 hasta este han pasado muchas cosas y se ha tratado de reconstituir al Hombre Araña por todos los medios posibles, llegando incluso a utilizar, a falta de buenos escritores, un pacto satánico digno de Szandor Lavey.
Pero como de Peter ya queda muy poco que agregar (o que creer) en esta edición nos enfocamos un poco más al Doctor Octopus, un villano cuya última década ha sido tan o más turbulenta que la del propio Parker. No se si sea una mera impresión mía, pero después de la pretendida y fallida muerte y resurreción del Doc Ock, como que el personaje no ha vuelto a alcanzar la cota de peligrosidad que alguna vez tuvo. Y para colmo, todo apunta a que lo van matar otra vez si es necesario.
La historia en sí es interesante, llevada con la rapidez que exige una trama que debe iniciar y terminar en el mismo número, aunque dándole punto final a la historia de amor bicentenaria entre la tía May y su novio en tuerno, JJJ padre.
El guión fue escrito por toda una legión de escritores: Bob Gale, Marc Guggenheim, Joe Kelly, Dan Slott y Mark Waid, o bueno, eso dice en la ficha que Marvel proporciona. Lo cierto es que la historia sin ser muy memorable si contiene todo lo necesario para ser considerado un número especial: Grandes batallas, chistes, drama, tonterías y actos desesperados, además de una variedad enorme de cameos, aunque el de la última página es el único que verdaderamente no se veía venir de forma taaaan obvia.
Sería redundante de mi parte quejarme del dibujo, pues ya todos saben que no me gustan ver los rayones de John Romita Jr. Aun así, me quejaré:
Como el polvo, Romita Jr. reaparece por más barridas que le han dado al título en la última década. No le encuentro ningún atributo más allá del sentimental que lo hagan merecedor de haber trazado este número especial. Sus encuadros son lentos, feos, cuchos y tetos. Creo que un oficinista con síndrome de túnel carpiano habría hecho mejor trabajo.
El Spider Man que vemos en este número se ven tan dinámico como un becerro dormido con la lengua de fuera y las mujeres que dibuja parecen tan femeninas como el mismísimo Carlos Salcido. En resúmen: John Romita Jr. es un agente secreto de DC que logró destazar esta ocasión especial gracias a su dibujo cuadriculado. Cuadros, cuadros y cuadros, y como burlándose de nosotros, la portada tiene más cuadros que un maldito museo. Creo que un libro de primaria de la SEP es más emocionante.
La edición mexicana es, como todo lo que edita Yobani, rascuache y pobre al máximo. Incluye una historia extra de Stan Lee pero nada más, nada que verdaderamente amerite que este título sea considerado de "Aniversario". Es más, de toooodas las portadas variantes, se eligió la más fea y ramplona. Si para Yobis esto es especial, entonces cuando vea una edición Deluxe gringa le va a dar un ataque cardiaco. No aprende.
CALIFICACIÓN: 7