Problemas en el elenco, accidente, demandas y unas entradas que no son para nada la publicidad que la puesta en escena hubiera querido. Y es que con todo y su gigantesco presupuesto (costó 75 millones de dólares montarla) y que la música la hizo U2, Spider-Man: Turn off the dark jamás carburó, y este fin de semana se ofrecieron sus últimas funciones.
Aunque hay rumores de que podría llevarse a Las Vegas (si Britney Spears triunfa allá, hay lugar para todo), los productores no están muy entusiasmados con la idea de extender la vida "útil" de la obra. Cada semana se gastaban 1.2 millones de dólares en el montaje, y se recuperaba uno. Y es que según cálculos bastante optimistas, tendría que haber permanecido en cartelera seis años más para volverse medianamente rentable.
Estas son malas noticias para las adaptaciones de cómics al teatro, especialmente en un país donde este tipo de producciones tiene una manga bastante amplia para maniobrar. ¿Qué nos podemos esperar entonces nosotros en México, con una cartelera infestada de "Monólogos de la Vagina" y "¿Por qué los hombres aman a las cabronas?"?. Nada bueno...
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