Como si hubiera sido ayer.
Recuerdo haber ido al Cinemex de Carrefour en Guadalajara (que ya no existe,
ahora es el Cinemex de Chedraui Río Nilo, decadente y miserable). Recuerdo que
era un domingo por la mañana y me mataba un dolor de muelas.
Recuerdo que me había salido mal la temible “Muela del juicio”,
la del lado izquierdo. Recuerdo que cada paso que daba era una
punzada enorme. Como si Thor con su Mjolnir me estuviera triturando
la mejilla. Recuerdo que tenía días con una molestia enorme, y la
opción de ir al dentista me daba y me da pavor (es el único doctor
que vas a ver por un dolor, y del que sales todavía más lastimado,
y además ¡pagas!).
Tras ver la película
X-Men: The Last Stand,y tomarme un expresso, decidí hacer lo que
habría hecho Wolverine y otros mutantes con poca capacidad de
reflexión pero muchas ganas de derramar moronga: Me sacaría la
muela con mis propias manos.
Al terminar la proyección
fui al baño del cine, armado con el popote mezclador del café
expreso y un tenedor de plástico que me robé de la dulcería.
Entré y no había nadie.
A esa hora el cine estaba vacío, y los baños relativamente limpios
(era un Cinemex, tampoco hay que pedir milagros). Atranqué la puerta
con un bote de basura y procedí a examinarme la boca en el espejo.
No, no se veía nada bien la zona en conflicto. La muela había
salido, pero el esmalte que está adentro no, lo que dejaba expuesta
una raíz con aspecto de Alien. Era como una corona de hueso al final
de la fila de dientes, y no estaba dispuesto a seguir sufriendo.
Apunté el popote como si
fuera un mortero contra la muela con la mano izquierda y comencé a
golpear con la derecha. Primero, suave, a ver qué tan dura estaba la
pieza dental.
Uno, dos, tres golpecitos
con la mano abierta. Nada. Obvio, es hueso, y aunque estuviera hueco,
con esas caricias de bebé no se iba a romper.
“Va”, pensé, ahora la
mano cerrada. Un golpe. Uff, siento un crack. Segundo golpe. SUENA un
crack. Tres. Se rompe la muela....a la mitad. Y viene la sangre,
mucha sangre.
Con la mente nublada, me
saco los pedazos de diente con el tenedor. Son pequeñitos. La muela
ya no me duele...tanto. Guardo uno como recuerdo de que alguna vez me
saqué un diente en un baño. Años después, en una de esas
tragedias dignas de Matt Murdock, perderé el trofeo del dolor en un
incendio, con varias cosas más. Esa ya es otra historia.
¿Dónde estabas hace 10
años? ¿Lo recuerdas? ¿Qué es lo que ha cambiado en ti? ¿Qué
permanece? Una década es mucho tiempo o toda una vida o un suspiro.
Depende de cual sea tu perspectiva de las cosas.
Gracias al blog, yo sé
que el primer post que escribí no fue de cómics, sino de una
película: X-Men, The Last Stand. Lo que no relaté entonces es como
estuvo ese día en particular. Fue el día me saqué la muela. Wolverine se habría sentido orgulloso.
5 comentarios:
Un popote y un tenedor. Estoy en shock.
a mi me pasa eso desde hace 3 años tengo media muela aun atorada en mi fina dentadura estoy a la espera de que el doc francomg me de cita...es triste pero si tengo la dichosa muela
El Dr. Francomagno tiene todo su calendari ocupado mano. Pero igual y el Dr. Doom te puede atender.
¿Le pusiste 9/10 a X-Men The Last Stand?. El dolor si que te nublo la mente!!!! LOL
Estaba chavo, se me hizo fácil y no había vivido. Las referencias que tenía en esa época eran las otras dos de Ecs Men y La Risa en Vacaciones.
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