Matt Fraction le ha encontrado la medida justa a Tony Stark, eso está claro. Pocos guionistas han podido retratar toda la pedantería y síndrome de superioridad de Stark sin hacer del personaje un adefesio insoportable.
En realidad es por esa actitud del protagonista que Iron Man se destaca por sobre los demás títulos de Marvel en México. Mientras que en el resto de los cómics (salvo Daredevil) el "bueno" parece haber sido instruido para sacrificarse por la humanidad, en Iron Man tenemos a un héroe a quien la verdad no le preocupa destruir carreteras, edificios y si es necesario colonias enteras con tal de derrotar al mano, o como en este caso, tener un momento a solas con la villana.
La secuencia del carro entre Tony y Sasha Hammer es lo mejor y casi lo único que pasa en este número. A diferencia de lo que hace Bendis con sus talking heads en todos los demás cómics, aquí Fraction no permite que los diálogos se conviertan en una suceción de respuestas obvias, aunque si siento que el arte de Larroca sigue pecando de poca fluidez. Las caras son el general poco agraciadas y el cómic por momentos llega a ser aburrido, con todo y que el guión sea bueno.
La pelea y la revelación final dejan la mesa servida para que tras uin prolongaaaaaaaaaaado planteamiento (muy a los Fraction, parece ser) lleguemos a ver un poco de acción. Menos mal....
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