El
mundo en los años setenta podrá haber sido un tanto más inocente,
pero no menos peligroso. Es el apogeo de la Guerra Fría, las
agencias de espionaje y los agentes secretos. En una sociedad donde
el anonimato y la información tienen un precio muy alto, solamente
los mejores sobreviven. Es el mundo de Velvet.
En
este cómic nos enteramos de la existencia de la agencia secreta
ARC-7, una organización que ha logrado permanecer en las sombras
incluso para otras agencias, ya sea porque nadie la conoce, o porque
los que asumen su existencia la creen una especie de mito urbano como
Batman o Tlaxcala.
Sin
embargo, todo cambia cuando el mejor agente con el que cuenta ARC-7
es asesinado. Una reacción en cadena se desata, y todos los dedos
apuntan a Velvet Templeton, la secretaria del director. ¿Será ella
la culpable del homicidio?
Pese
al puesto de secretaria, Velvet no es precisamente una mujer común.
Sus habilidades no le piden nada a la de los mejores espías, y ella
planea usarlas para limpiar su nombre. Pero hacerlo implicará
sumergirse en la inmundicia de las agencias secretas, y pronto va a
descubrir que detrás del homicidio hay mucho más en juego.
Esta
es, más o menos, la premisa básica de Velvet, un cómic que llega a
nuestro país cortesía de Panini Comics. Aclamado por la crítica
allá en el gabacho, llega con un par de nombres que le van a sonar
familiares a varios de ustedes: Ed Brubaker en los guiones, y Steve
Epting en los trazos. Sí, los mismos que le dotaron al Capitán
América de toque de espionaje en sus historias, y que por cierto, se
encargaron de escribir su muerte, hace ya varios años, como lo leímos alguna vez aquí, cuando eramos jovenes y rozagantes.
Para
quienes ya conocen el trabajo de Brubaker con Steve
Rogers, les gustará leer esta historia, pues lleva mucho más lejos
su amor por el género noir (palabra dominguera) o de espionaje en un cómic de autor, donde las
reglas las pone él, y no un gordo ceboso apellidado Quesada desde un
sillón.
Velvet se aleja mucho de lo que por estas semanas abunda en los puestos de revistas, al apelar por un guión que si bien está cargado de diálogos, también le da bastante juego a la acción. Hay que tener, eso sí, paciencia con la historia, pues por momentos podría resultar densa para quienes están acostumbrados a leer puro X-Men y verle las nalgas a Magneto cada semana.
Velvet se aleja mucho de lo que por estas semanas abunda en los puestos de revistas, al apelar por un guión que si bien está cargado de diálogos, también le da bastante juego a la acción. Hay que tener, eso sí, paciencia con la historia, pues por momentos podría resultar densa para quienes están acostumbrados a leer puro X-Men y verle las nalgas a Magneto cada semana.
Por
el lado gráfico, Epting ofrece un sólido juego de sombras en este
cómic. Al igual que el guionista, se le nota mucho más arriesgado,
aunque no traiciona su buen hacer anterior.
En
México ya se han publicado un par de números de Velvet por 39
devaluados pesos, lo que convierte a este cómic en un “must” para quienes
anden detrás de algo alternativo al spandex y las faltas de
ortografía de Televisa.
1 comentario:
jajaajaj supremo lo de Tlaxcala es un mito alguin sabe donde termina tlaxcala e inicia puebla es una colonia mas jaajaj neto franco si vale la pena comprarlo falto la calificacion
Publicar un comentario