¿Halo o no jalo?

Las adaptaciones al cine de los videojuegos son un tema un tanto difícil de analizar. Hacerlas bien, que es raro, podría generar ventas trillonarias para los productores y sembrar la semilla de una pentalogía.
Hacerla mal, que es lo más común, sería unirse al club de Mario Bros, Double Dragon, Street Fighter II y Bloodrayne. Las medias tintas en el mundo de los videojuegos son difíciles de encontrar.
Pero en una industria tan necesitada de ideas comercialmente exitosas, como lo es Hollywood, cualquier videojuego que venda millones es un guión cinematográfico en potencia. Por eso la noticia de que Steven Spielberg se interesó en la franquicia de Halo resalta entre tantas otras.
Vemos, el creador de muchas de las cintas más taquilleras le pone un ojo a la franquicia de juegos que ha movido más unidades y atrapado más usuarios on-line en los últimos años. Pero ojo, el Señor Spilbergo solo fungirá como productor, por lo que la cinta podría caer en las resbalosas manos de un directos medio maleta, y sabemos bien que hay MUCHOS directores malos.... ¿Cómo sería Halo si lo dirigiera....

Alejandro González Iñárritu: En la cinta, Master Chief sería un drogadicto enamorado de un Convenant homosexual llamado Gael Luna. Mientras nuestro héroe viaja en una warthog, por ir distraído cambiándole al estéreo, choca con otro carro y queda deforme. Un Master Chief con la pata rota ve sus sueños desaparecer, mientras tres vidas se cruzan de manera dramática. Su soledad le hará entender el verdadero significado del "Jalo".

Uwe Boll: Cortana es el holograma de una estrella porno que se la pasa distrayendo a Master Chief, quien por su parte tiene la fantasía de imaginarse a todos los Brutes y Grunts con senos y Wonderbras. La película tendrá abundancia de nenas golpeándose con pistolas de altos calibres, y al final una bomba termonuclear barre el universo, y de paso, los créditos de salida de la película.

Lars Von Trier: Master Chief descubre, tras un viaje de opio psicomágico, que fue violado por un árbol de papayas cuando fue niño. Eso lo hunde en un viaje emocional incomprensible (para el espectador) del que solo sale cuando recuerda que nunca tuvo infancia, pues es un clon que nació adulto. Al final, Lars aparece orinando sobre un grupo de Jackals que recitan poesía celta.

Sariñana: Master Chief, a pesar de su aspecto de jugador americano veterano, es un adolescente por dentro, que se la vive en su cápsula de recuperación escuchando a Kudai y a Nikki Klan. Las hormonas le juegan una mala pasada cuando conoce el arma definitiva de los convenant: Martha Higareda en topless. Y claro, podremos ver el bombardeo de la Tierra y nuestra extinción mientras de fondo se escuchan los ladridos de Ximensa Sariñana. Salen todos los bichires.

Vía: era en serio, si se interesó Spielberg.