El plan maestro de Red Skull al descubierto. Prácticamente desde la muerte del Capitán América, el malvado villano nazi ha tejido una intrincada red criminal para conseguir el cuerpo del Capi, y en el proceso, destruir su mente (y por añadidura, su alma).
Finalmente, todo está en posición para que los “malos” ganen, y aun con el esfuerzo combinado de Sharon Carter, Bucky, Black Widow, una parte de los Vengadores de Hank Pym y el Señor Fantástico; Skull (con mucha ayuda de los doctores Zola y Doom) ha traído de vuelta el cuerpo de Steve Rogers... pero con la mente del villano controlándolo. ¿Este es acaso, el verdadero renacimiento del Capitán América?
CRÍTICA: Brubaker ha tejido fino durante meses su historia, y como si se tratara verdaderamente de un traje, trata de que todo quede a la medida sin ningún hilo suelto. No podría decir que algo falla, pues todo en la trama funciona como maquinita (algo lenta, eso sí).
Probablemente los únicos puntos que yo criticaría es la inclusión forzada primero de Norman Osborn (que sin duda se siente como un elemento al que Brubaker usa lo menos posible y lo más rápido) y del Dr. Doom. Este último resulta todavía más enigmático, porque parece que el guionista de verdad quería darle mucho juego al señor de Latveria, pero no me queda claro todavía ¿por qué Doom? Es un gran villano, pero ajeno durante años al título del Capitán América.
Si le perdonan la lentitud a la trama, estamos ante una buena historia, que tiene solo dos puntos controversiales: El nombre (porque vuelve demasiado obvio el final, digo, sabíamos que volvería Steve, pero no tenía que llamarse así, es como titular a una película con el nombre del personaje que se muere al final).
El otro punto que comienza a saltarme un poco es el dibujo. Hitch es un tipo que dibuja de forma maravillosa, combinando la espectacularidad con muchos elementos de la vieja escuela. Pero comienzo a ver algunas caras y encuadres medio raros, además de que como Deodato, comienza a sustituir los trazos con plastas de sombra para no dibujar tanto. En Estados Unidos su ritmo semilento llevó a que este título de retrasara mucho, aunque es obvio que en México no va a suceder, salvo que Giobany Arévalo meta sus pezuñas, como suele hacerlo.
CALIFICACIÓN: 9
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