Thor 12

Balder, uno de los aliados de Thor, ha ganado al igual que el resto de los asgardianos la libertad con la que nunca habían soñado gracias que el ciclo del Ragnarok se ha roto.
Sin embargo, esta libertad no tiene muchas ventajas, pues salvo sus pequeñas salidas al pueblo que está cerca de Asgard (Broxton en Oklahoma), no hay nada que hacer ni ver.
En esta desesperante situación es fácil que Balder se sienta menos, pues pasó de ser un valeroso guerrero a un dios con arresto domiciliario.
Esto no pasa inadvertido para Loki, quien comienza a minar la confianza de Balder, haciéndole creer que no solo Thor tiene derecho a andarse paseando por allí. Es más, hasta le ofrece salir para cazar a unos gigantes del hielo, quienes quien sabe como llegaron a Estados Unidos. Y Balder acepta.
Teletransportado lejos de Asgard, Balder se encuentra con los gigantes justos cuando estos iban a hacer carnitas con un niño y su papá. Lo que el asgardiano no sabe es que Loki "le puso un cuatro" con los asgardianos, o sea, todo el ataque fue un montaje para que Balder matara a los villanos con la "ayuda" de Loki, y de paso, el alboroto causara una ruptura entre Thor y Balder.
Y es que matar a los malosos tiene como consecuencia que Balder termine, con Loki, detenidos, y con la pena, Thor debe liberarlos. Además, el dios del trueno le advierte que todavía es muy pronto para que salga a recorrer el mundo exterior, pues hay muchas cosas que como asgardiano no comprende.
Todo esto hace que Balder sienta aversión por Thor, no comprende que además de líder de su gente, se otorgue tantos privilegios. En ese momento Loki le dice que no debe ser así, no debe ser diferente para él, pues a final de cuentas son hermanos. Y es que según la ahora diosa de la mentira, Balder también es hijo de Odín....
CRÍTICA: Regresamos a la saga normal tras el penoso paso de Secret Invasion, que como pueden leer, ni siquiera se menciona en esta historia.
Salvo la subtrama de Kelda y Bill, que es una muy del tipo Stracky, el resto del cómic explora los sentimientos de un asgardiano como Balder, a quien no le parece el confinamiento que sufren su gente. Aquí tenemos momentos importantes y es la primera vez que el guionista explora bien a uno de los miembros del elenco.
Lo que me llama más la atención es el manejo de Loki, quien conserva su peligrosidad y no se queda atorado en la anécdota de que "ahora es mujer, hagámoslo un travesti loco". No se si fue intencional, pero me pareció interesante que Coipel dibujara cada vez más deforme y siniestro a Loki conforme avanza el número.
CALIFICACIÓN: 9