Las hazañas del Capitán América se sienten tan reales. Steve Rogers se encuentra sumamente confundido, como si su mente se encontrara sumergida en una especie de sueño donde se le obliga a recordar los pasajes más memorables de su vida, pero tambien los más dolorosos. Desde un ataque a una de las bases fortificadas de Red Skull hasta su nacimiento como el héroe que esperaba américa, aunque eso haya ocasionado la muerte de una de las mentes más brillantes.
De alguna forma, la mente del Capitán América está viajando en el tiempo, y quien logre controlar su flujo, podría terminar por controlar "el cuerpo" del soldado definitivo. Esto lo sabía Red Skull, y lo sospechan Los Vengadores y Norman Osborn, quien está haciendo tratos con Sin y Crossbones para que le revelen los planes del villano nazi.
Por cierto, Norman decide llevar más lejo su guerra privada contra los héroes, y le revela a todo el mundo que Sharon Carter fue la segunda tiradora. Villanos y héroes definen su bando.
CRÍTICA: Sucede mucho en este número, pero he tratado de centrarme en lo básico, pues Brubaker suele jugar con señuelos falsos o pequeños argumentos frágiles para sacarle luego la vuelta a lo relevante.
En todo caso, seguimos una historia atípica en el Capitán América contemporaneo (o sea, el que escribe Brubaker), donde dejamos de lado la sutileza y entramos en encuadres espectaculares, en especial aquellos donde interviene Steve Rogers.
¿Qué que tan bueno se puede poner este cómic? El arranque fue lento (como en la mayor parte de las sagas de este escritor) aunque con el dibujo espectacular de Hitch, podemos esperar que pronto la máquina estará aceitada por completo. Ojo con los juegos cronales que propone Bru en este número.
CALIFICACIÓN: 9
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