Amazing Spider Man 45

¡Finalmente! Lo que esperamos por los siglos de los siglos al fin va a ocurrir: La Tía May está a punto de contraer nupcias con el centenario padre de J. Jonah Jameson.
Y para celebrar el enlace, tenemos una reunión muy especial del clan Reilly en Boston.Pero resulta que no todo puede ser tan bello como en las novelas, y los dramas de Peter Parker no van a terminar con la boda.
Alguien lo está cazando a él y no a Spider Man, y lo ha seguido hasta Boston. ¿Podrá Spidey detener al villano y de paso ligarse a alguna de sus recién descubiertas primas?
Brand New Day se asemeja al Wonder Bra, al presentar como algo firme y atractivo una estructura (en este caso el guión, eh) que ya está ruinosa y que sólo podrá ser arreglado con una cirugía mayor, y quien sabe.
Ahora es el turno de este número "Annual" que nos lleva por el sinuoso camino del romance nonagenario y el como a donde quiera que va Peter parece ser siempre perseguido por villanos bastanta ineptos. En este caso es interesante ver como se rescata la idea de que Ben Reilly si existió de ese gran cajón de cosas que Quesada buscaba dejar atrás.
Ya sabemos la cantaleta del editor en jefe de contar "historias nuevas" para presentarnos a un personaje brillante y que los niños pequeñitos amen. Por eso no deja de ser curioso que echen mano de un personaje que hace años estaba en la tumba y más con una saga, la del Clon, que muchos dentro de la Casa de las Ideas esperarían sepultar en un tambo dentro de las ruinas de Chernobyl.
En este número el guionista se apunta buenos gags y chistes, no les miento cuando les digo que es divertido en ciertas partes. Pero creo que usar a Ben Reilly hace que todos esos párvulos chiquitines que comenzaron a leer Spidey después de OMD se pregunten "¿Quién es Ben Reilly?, ¿porqué se murió? ¿Y porqué Mary Jane estaba panzona en aquella época?"
La Saga del Clon sigue siendo un tabú para muchos guionistas, aunque Guggenheim, como si se tratara de super mercado, agarra lo que le sirve e ignora olimpicamente lo demás. El problema es que el comenzar a agarrar historias "viejas y que solo atañen a esa bola de lectores resentidos" va a llevarnos a los mismos enredos que hicieron que el diablo viniera por el alma de Peter.
En fin, un buen número, que nos deja con muchas ansias sobre el sabor que tendrá el pastel de la tía Mayte en unos futuros números, quizá hasta veamos... la noche de bodas.