Thunderbolts (II)

Bueno, dos años después retomo el tema de los Thunderbolts en su primera etapa, con Busiek y Bagley en los controles.
Los 12 primeros números presentaban la simulación de el Barón Zemo y los Amos del Mal, haciéndose pasar como héroes, y los siguientes 12 mostrarían al equipo de villanos tratando ahora sí, de ser buenos. Moonstone, Atlas (Goliath), Mach IV (Beetle), Songbird (Screaming Mimi) y Jolt se las arreglarían para vagar por Estados Unidos tratando de hacer el bien, no sin antes terminar en otra dimensión (Kosmos) donde cometieron un regicidio para huir y se salvaron de milagro de morir cuando enfrentaron a Gravitón (foto 1).
Las cosas para el equipo son difíciles, dado que los malos los odian, los buenos los odia, y la opinión pública los aborrece y les teme.
Sólo uno cree que verdaderamente hay una luz de redención para ellos: Hawkeye. Ojo de Halcón fue en un inicio un villano que enderezó rápido su camino, y terminó volviéndose un aunténtico héroe. Y si el pudo redimirse, ¿porqué no los T-Bolts? Además, otro jovencito con el poder de transformar su cuerpo en carbón se les une: Charcoal (claro, el carbón no parece útil, pero puede ser tan denso como un diamante).
Con mucha resistencia en un principio, los Thunderbolts aceptan a Ojo de Halcón como nuevo líder de equipo. El primer paso que tomaron fue detener a la más reciente encarnación de los Amos del Mal (encabezados por Crimson Cowl).
Los Amos ya le habían pateado el trasero a los Thunderbolts, sin embargo, ahora estos contaban con un líder que los dirigiera en el campo.
Con el apoyo de Hawk, los Bolts logran entrar en la guarida de los villanos y aplastarlos, e incluso, tras una dramática persecución, atrapan a Crimson Cowl. Tras su máscara se esconde ¡Dallas Riordan!, la ex novia de Atlas y quien les apoyo (sin querer) durante su farsa con Zemo (por lo que ella perdió su chamba).
Ahora, los Thunderbolts tienen el beneficio de la duda, aunque nadie olvida que en sus filas hay criminales confesos. Hawkeye lo sabe, y para probar que es en serio su nuevo camino, afirma que en su equipo solo hay un asesino y con gusto lo enviará a la cárcel: Mach IV (Beetle).
Los T-Bolts no lo pueden creer, pero aceptan, pues quizás esa sea la única vía para verdaderamente, comenzar a hacer las cosas bien.